Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) son una herramienta básica de trabajo para muchos de nosotros; gracias a las múltiples posibilidades que nos ofrecen para almacenar, gestionar y analizar la información espacial de forma precisa, a día de hoy se pueden considerar una tecnología básica en la toma de decisiones en diversos campos como el medio ambiente, la ordenación del territorio, la geoestadística, el geomarketing, etc. pero…
¿qué nos ofrecen respecto al campo de la hidrología?
El conocimiento de la disponibilidad y la distribución de los recursos hídricos es fundamental para llevar a cabo una adecuada planificación y gestión del agua. Su estimación interviene en aspectos de suma importancia como la realización de estudios de inundabilidad y gestión de sequías, la gestión de concesiones de vertidos, la comprobación de la fiabilidad de los modelos de gestión de sistemas de abastecimiento y riego, el establecimiento de los regímenes de caudales ecológicos o el estudio de las necesidades hídricas de lagos y humedales, entre otros.
Realizar este tipo de estudios puede resultar un tarea larga y complicada, por este motivo los SIG se han convertido en una potente herramienta para planificar y gestionar los recursos hídricos gracias a que disponen de múltiples opciones para su análisis y evaluación.
¿Qué tipo de información podemos obtener?
Entre otras muchas opciones, mediante el uso de los SIG podemos manejar y crear Modelos Digitales del Terreno, llevar a cabo la delimitación y caracterización de cuencas, estudiar y analizar la distribución espacial de los recursos hídricos o evaluar la pérdida de suelo mediante modelos de erosión. Esta información es imprescindible a la hora de gestionar los recursos ya que su análisis es clave en la toma de decisiones en proyectos de desarrollo socioeconómico y ambiental.
Tradicionalmente el estudio y delimitación de cuencas hidrológicas se ha realizado interpretando los mapas cartográficos pero hoy en día los SIG proporcionan una amplia gama de aplicaciones y procesos que permiten realizar esta labor de una forma más sencilla y rápida. Así por ejemplo, la extensión ArcHydrotools de ArcGIS pone a nuestra disposición varias herramientas para delinear y caracterizar cuencas tomando siempre como base fundamental el Modelo Digital del Terreno. De esta forma podemos describir los componentes físicos de una superficie mediante la identificación de sumideros, el cálculo de la dirección del flujo y la acumulación, o la creación de redes de corrientes.
Por su parte las herramientas de interpolación que presentan muchos de los SIG existentes nos permiten analizar la distribución espacial de variables partiendo de unos cuantos datos puntuales en ubicaciones concretas. Este análisis se puede llevar a cabo incluso desde una perspectiva estadística lo que nos facilita información a cerca de la precisión de las predicciones que realizamos. Es precisamente esta característica lo que los convierte en una herramienta especialmente útil para analizar la distribución espacial de las precipitaciones (cuyo análisis es la base de cualquier estudio de carácter hidrológico) ya que en ocasiones la variabilidad de los registros pluviométricos, la existencia de datos erróneos o la falta de información llega a dificultar su estudio.
Otro de los aspectos que resultan de gran interés cuando hablamos de gestión hidrológica es la estimación/evaluación de la pérdida de suelo mediante la aplicación de modelos de erosión que combinan diversos factores (precipitación, características del propio suelo, inclinación y longitud de la pendiente del terreno, etc.). La ventaja de realizar esta tarea mediante un SIG reside en la facilidad para combinar capas de información y realizar el cálculo de ecuaciones y fórmulas, teniendo además la posibilidad de operar con una gran cantidad de datos.
¿Qué hace de los SIG una herramienta tan interesante para la gestión hidrológica?
Los SIG nos facilitan la ejecución de operaciones y análisis entre capas de información, nos permiten observar la distribución espacial de los resultados y resultan especialmente útiles a la hora de visualizar y generar cartografía que muestre de forma clara los resultados obtenidos.
Con todas estas características podemos afirmar que los SIG son una tecnología fundamental para la gestión hidrológica, ya que facilitan la realización de cálculos que hasta hace años se llevaban a cabo manualmente, lo que suponía una mayor inversión en tiempo y en muchas ocasiones, una menor precisión en lo resultados.
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